Una historia diferente
Todas estas mañanas he tenido que despertarme y levantarme tempranísimo. He empezado a tener una rutina diferente en mi vida. Ayer por ejemplo, me fui a desayunar a San Jose, a eso de las 7 de la mañana. Fue algo diferente llegar al casco central y encontrarme con un panorama diferente al que yo estaba acostumbrado a ver en horas pico. Ayer, vi a un San José dormido, con cara de añejo. Los trabajadores municipales estaban apenas comenzando a quitarle las lagañas a las calles y aceras y una parte importante que no se puede dejar de percibir es el montón de indigentes y personas que de verdad no tienen hogar y que todavía a esas horas estan bien privados en sus camas de cartón como si estuvieran en el mejor hotel 5 estrellas. A esa hora tambien hay gente con cara de trabajadora que arrancan sus faenas desde buena mañana. Me llevé una impresión diferente de esta cuidad que conozco desde hace mucho y que no deja de sorprenderme.