Resulta que me desperté como a las 2:00am porque la gente de allá está acostumbrada a levantarse temprano. De hecho ellos me despertaron con la bulla y el cambio de turno del hospital. Todo mundo se bañó a esa hora de la madrugada pero yo preferí esperar. Mi mamá me había dicho que era mejor bañarse como por ahí de las 5:00am porque a esa hora no había tanta gente.
Por eso fue que me volví a dormir un rato y a las 5 pasaditas, efectivamente me metí a bañarme. Había dos opciones, un baño que no tenía ducha el cual tenía un tremendo charco y la verdad me dio como cosilla meterme ahí, así que preferí el baño grande, al parecer para gente discapacitada porque tenía una silla y una ducha muy cómoda.
Cerré la puerta del baño sin seguro y me bañé como normalmente… En esos calores del Caribe, el agua fría hasta rica se siente. Sin embargo, al terminar de bañarme me pasó una situación… ya me había puesto la ropa y cuando traté de abrir la puerta, la muy cabrona no abrió… Empecé a empujarla fuertemente y la puerta nunca abrió y yo … entré en modo pánico… había un viejito que estaba en el baño… le hice señas que me ayudara y lo que hizo fue pasarme los zapatos por el hueco que hay debajo de la puerta… Yo se los devolvía y le decía que era la puerta, pero nunca me entendió… Bueno, es que resultó que al final el viejito era sordo pero yo hasta luego lo supe… pero al menos él fue inteligente y mandó a llamar a una enfermera que apenas llegó lo primero que hizo fue regañarme por encerrarme en el baño.
Como les digo, yo no me encerré, la puerta estaba sin seguro, pero bueno… gracias a Dios, luego de varios intentos por varios enfermeros y después de unos 10 minutos, logré salir y con tremendo susto les puedo asegurar que pasé el día más tranquilo.
El único problema es que como era el último en la fila… tenía que esperar a que se llevaran a todos al quirófano y yo los vi a todos desfilar al frente mío y no pude hacer otra cosa más que seguir esperando…
La verdad que con tanto tiempo y como sabía que me iban a operar los dos ojos, aproveché toda esa espera para hacer un mapa mental de todo el lugar porque sabía que saliendo del quirófano iba a volver completamente ciego. Hice entonces un mapa al puro tacto de mi bulto. Visualice en la mente cada detalle de la sala… conté los pasos hasta la puerta… luego hasta el baño… luego hasta la salida de emergencia… por si acaso… uno nunca sabe.
Ya por ahí de las 12:00pm, había hecho un mapa casi perfecto del lugar aunque todavía había detalles como por ejemplo sillas u objetos atravesados en el camino que me hacían titubear pero igual me sentía tranquilo, pero a la vez muy ansioso porque ya llevaba varias horas esperando y nada que me tocaba el turno a mí.
El tiempo fue como en cuenta gotas pero finalmente pasó y llegó el enfermero a avisarme de que ya era mi turno a eso de las 3:00pm. Rápidamente me puse la batita verde la cual apenas tapaba las partes nobles, junto con los zapatitos verdes… gorrito verde… super fashion el asunto, y me acosté en la camilla, en la cual me llevaron a un pasillo antes de la sala de operaciones. Aquí es donde la verdadera historia comienza…
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